Capítulo 3
martes, 9 de julio de 2013 // Written by: // 0 Comentarios

La casa ya parecía más acogedora con todos los muebles puestos, aunque estuviesen vacíos, Adri se sentía como... en casa.
Los de la mudanza ya se habían ido y sus padres estaban en la cocina preparando la cena.
-¡Ya estamos en casa!
-Genial cielo.
Una vez notificado a sus padres su llegada las dos hermanas subieron a sus respectivos dormitorios. Adri se sentó en la cama que habían colocado sus padres durante su ausencia. Lanza un suspiro hacia la ventana, se tendría que acostumbrar a esto, al fin y al cabo no puede estar tan mal ¿no?

Ya era prácticamente de noche ahí fuera y a pesar de que no estaba totalmente oscuro se veían perfectamente las estrellas.
-¡Wow!.-esboza sorprendida Adri, jamás había visto tantas estrellas en el cielo; en la ciudad apenas alcanzaba a ver las estrellas más brillantes.
De repente algo la sobresalta, la luz de una de las habitaciones de la casa de al lado se enciende, es la de la habitación que está justo enfrente de la suya.
Adri achina los ojos para poder visualizar mejor la habitación, parece la habitación de una chica jóven, pero no ve a nadie en ella, que extraño...
-¡Aaaaaaaaaaah!.-Adri baja la persiana. Una chica ha salido de la nada de la habitación de enfrente y la ha mirado fijamente.
-Joder que susto.-dice Adri para si misma. Mira por una rendija de la persiana hacia la habitación de enfrente y ve a la chica de antes riéndose a carcajadas.
-Será estúpida, lo ha hecho a posta.

La puerta de su habitación se abre.
-¿Qué pasa?¿Por qué has gritado?.-es Teresa, como siempre metiéndose dónde no la llaman.
-Ummm nada... es que vi una.... luciérnaga
-¿Y?
-Pues que me ha asustado
-Mira que eres rara...¿Por qué estás completamente a oscuras?
-Porque me relaja más...
-¡Chicas! A cenar.- es su madre gritando desde el comedor para que bajen.

Las 10:03 de la mañana, ya es buena hora para levantarse. Adri se incorpora en la cama y se estira exageradamente. No ha dormido mal pero hecha de menos su antigua habitación, era más pequeña pero no tenía ese calor húmedo tan sofocante. Baja las escaleras...mmmm huele a churros.
-Buenos días cielo.
Abajo están sus padres que la saludan con una cara llena de alegría.
-Mira lo que ha traído papá, churros.
-Sí, ¡qué rico!- dice Adri a la par que le da un beso a sus padres  seguidamente se sienta en la mesa y se sirve un poco de chocolate en una taza.
-¿Y esto?.-pregunta Adri
-¿A qué te refieres?
-A que ¿por qué habéis comprado churros? Hace mucho que no los comemos.
-Pues porque hoy es un día para celebrar, hoy queda oficialmente inagurada la nueva casa.-responde su padre con una amplia sonrisa y con cierta luz en los ojos.
Adri coge los cuatro churros que quedan y se los sirve en el plato.
-Deja dos para Teresa.-comenta Carla

Apenas un instante después suena el timbre de la puerta.
-¿Qué raro quién será?-se extraña Hugo.-¿Puedes abrir tu Carla?
Suena otra vez el timbre
-Claro. ¡Ya va!
Carla mira por la mirilla y ve a una familia, son también cuatro. La madre parece de su edad y parece muy estilosa, el padre parece apuesto (como era su marido hace unos años) y  los lados se encuentran los hijos dos adolescentes aparentemente de la misma edad. La chica va muy maquillada con una minifalda y una larga y lisa melena rubia; el chico va decente con el flequillo de punta y una gran sonrisa.
Carla abre la puerta.
-¡Hola! Somos la familia Sánchez, los vecinos de al lado, venimos a daros la bienvenida.-dice la madre entusiasmadamente mientras en las manos porta una caja de bombones.
-Vaya... Pensaba que esta cosas sólo pasaban en las películas americanas.-añade Carla con uan amable sonrisa.
-Bueno aquí tampoco lo hacemos pero fue idea de Samanta.-dice el padre señalando su hija.
-Eso es muy amable.
-No es nada, señora, pensé que sería una buena idea
-Gracias bueno pasad, pasad. Yo soy Carla y este es mi marido Hugo y mi hija Adriana, mi  hija pequeña está todavía durmiendo.-comenta Carla con una sonrisa vergonzosa.
-Encantados, yo soy Beatriz, mi marido Jorge.-le señala.- y mis hijos mellizos Iván y Samanta.
De repente Adri visualiza a esa chica, o no, es ella la chica que la asustó anoche.
-¡¿Tú?!.- exclama Adri mirando a la chica.

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