Capítulo 2
sábado, 12 de enero de 2013 // Written by: // 0 Comentarios

Adri se posa frente a la casa, la mira, mira alrededor,... ¡Todos esos malditos chalets son iguales! ¿A qué clase de siniestro pueblo les habían llevado sus padres?
-¡Oh Dios!¡Es enorme!.-grita Teresa
-¿Os gusta?.
-¿Qué si me gusta?¡Me encanta! No podría ser mejor
-Y a ti Adri ¿qué te parece?.-insiste Carla por saber la opinión de sus hijas.
-Me parece que todos estos estúpidos chalets son iguales, no tienen personalidad, no hay ni un sólo autobús en esta calle, ni un solo comercio...
-¡Cállate ya aguafiestas! Sólo responde si o no y deja a los demás en paz.-grita Teresa interrumpiendo a Adri.
-¡No! ¡No me gusta!
Adri cierra la puerta del coche de un portazo, coge su maleta y camina en dirección a la puerta de la casa ya abierta por su padre.
Entra en la casa, ¿para qué iba a engañarse? La casa estaba genial, mucho mejor que su casa de la ciudad, pero seguía sin gustarle ese estúpido pueblo.

-Venid. Arriba están todas las habitaciones, os enseñaré las vuestras.-dice Hugo a sus hijas.

Adri obedece sin mucho entusiasmo mientras que Teresa ya ha salido corriendo. Su padre empieza por el estudio, la habitación principal con su correspondiente baño, la de invitados y finalmente las dos habitaciones del medio, la de Adri y la de Teresa.

-Esta de la izquierda es la tuya Adri y la de la derecha la tuya Teresa

Adri abre su habitación, era enorme y le encantaba el papel que sus padres habían puesto en las paredes, de fondo fucsia con dibujos vintage en negro.

-¡Vaya! Es.... Es perfecta.-dice Adri sonriendo a su padre
-¿No decías que odiabas este lugar?.-reacciona Teresa ante la respuesta de su hermana.
-Déjalo ya, Teresa. Venga abre tu habitación.-responde su padre antes de que empiece otra disputa entre las hermanas.

Teresa abre su habitación, es rosa pálido y verde pistacho, y de mismas dimensiones que la de Adri.

-¡Ay!Es genial, mucho mejor que la de Adri.
-Para que lo sepas son iguales, lo único que cambia es el color de las paredes.-responde Adri
-Adriana, guapa. ¿Cuándo aprenderás que todo lo mío es mejor que lo tuyo?
-¡¿Serás imbe..?!
-¡Basta!¡Os pasáis todo el día discutiendo!¿Cuándo aprenderéis?.-interrumpe Hugo.-Ahora iros a dar una vuelta por la zona mientras mamá, los de la mudanza y yo colocamos los muebles.
-Está bien...¿Pero puedo ir sola?-pregunta Adri
-Tu sí, pero tu hermana es pequeña todavía y no puede ir sola, así que iros las dos juntas.

Adri accede ya que no le queda otra. Teresa sale corriendo por la calle. Adri se queda mirándola y esboza una mueca; por muy mayor que se crea, todavía es una enana entusiasta que sale corriendo calle arriba. 
Adri lleva el móvil para que sus padres la llamen cuando hayan terminado. Recorren varias calles de viviendas y se cruzan con un par de vecinos ¿dónde esta la vida en este pueblo? Ahora andan juntas una al lado de la otra charlando animadamente, sobre un chico que le gusta a Teresa. A Adri no le interesa para nada ese tema pero la escucha.

-... y un día me dijo que me sentara a su lado en clase de plástica para hacer el trabajo que teníamos pendiente los dos.
-Uuuuh Parece que tu también le gustas a él.- dice Adri
-De todas formas.-responde Teresa con voz apagada.- ya no le voy a volver a ver.
-Bueno, pero tu eres una chica muy simpática y vivaz. En cuanto empiece ,la semana que viene, el instituto encontrarás a otro chico que te guste.
-Tenías razón. Aunque es guay mudarse, dejamos a todos nuestros amigos atrás.
-¿Ves? Aunque me odies tienes que reconocer que muchas veces tengo razón.
-¡No digas eso!¡Yo no te odio!Simplemente discuto mucho contigo porque somos muy diferentes, otra cosa es que tu me odies a mi, pero yo a ti no.-dice Teresa ofendida.
-Lo sé, era una broma, no quería ofenderte. Yo tampoco te odio a ti ¿Cómo podría odiar a mi enana?-responde Adri con una sonrisa y seguidamente abraza a su hermana.

Se tiran toda la tarde caminando hasta que encuentran una colina desde la que se ve el mar, las dos se sientan a contemplarlo.

-En realidad este sitio no está tan mal.-dice Adri con los ojos cerrados sintiendo la brisa del mar. De repente algo vibra en su bolsillo y empieza a sonar su canción favorita. ¡Mierda! Es su móvil, seguro que tienen que volver a casa, ya está anocheciendo.-¿Dígame?...Sí, sí mamá, ahora vamos para allá...Vale, un beso.
-Tenemos que volver ¿no?.-pregunta Teresa mirando todavía al mar fijamente.
-Sí, y ha dicho mamá que no tardemos mucho. Así que arriba.
-¡Qué pena!Justo cuando habíamos encontrado esta colina...
-Bueno, ya sabemos dónde está, si quieres mañana volvemos.-propone Adri. Teresa respondE asintiendo con la cabeza, se levanta y se ponen rumbo a casa.


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